Sensibilidad química múltiple: qué es, síntomas y cómo tratarla

La sensibilidad química múltiple o SQM es un síndrome crónico por el que los pacientes sufren una gran variedad de síntomas que se relacionan con la exposición a distintos productos químicos a bajas dosis. Es decir, la mayoría de las personas no sufren ningún tipo de consecuencia o efecto adverso por ello. Sin embargo, se estima que entre el 0,5 y el 5% de la población sí presenta reacciones ante el contacto con una baja cantidad de estos productos.

Se debe apuntar que son las mujeres de mediana edad quienes más sufren esta patología y que casi siempre va acompañada de otro tipo de problemas de salud. Así pues, es habitual que quienes padecen sensibilidad química múltiple también tengan intolerancias alimentarias, intolerancias farmacológicas o patologías como síndrome de fatiga crónica.


 

Causas de la sensibilidad química múltiple

Las causas por las que aparece esta hipersensibilidad no se saben con exactitud. Esa es la razón por la que también se la llama intolerancia idiopática ambiental, pues ‘idiopático’ quiere decir “de causa desconocida”.

Intolerancia idiopática ambiental

Pese a eso, sobre el origen del síndrome hay varios estudios y también opiniones distintas entre los expertos. Mientras que hay un grupo que considera que las causas son de origen orgánico, otro apunta a que la aparición de la sensibilidad química múltiple tiene causas psicopatológicas. Sin embargo, cabe señalar que cada vez toma más fuerza la primera hipótesis.

 

Agentes químicos desencadenantes de la patología

Sean cuales sean las causas, lo cierto es que cada vez más personas presentan sensibilidad química múltiple ante diferentes sustancias, que si bien no son siempre las mismas sí son similares.

Así pues, los agentes químicos considerados factores desencadenantes de la patología son variados, aunque los más habituales son el gluten, el maíz, la soja, la caseína, los perfumes y ciertos productos de limpieza.

Además, también son sustancias que provocan la aparición de la sensibilidad química múltiple algunos productos de laboratorio, la gasolina, ciertos plaguicidas, el monóxido de carbono o los jabones, entre otros.

Pero se debe tener en cuenta que no todas las personas reaccionan a los mismos agentes químicos y que la cantidad de ellos que afectan a cada paciente es variable.

 

Síntomas y diagnóstico de la sensibilidad química múltiple

Saber que una persona padece sensibilidad química múltiple es bastante complicado, pues no hay una prueba diagnóstica concreta para ello. Así pues, el médico debe descartar primero otras patologías y valorar después el historial de exposición a sustancias químicas del paciente y los síntomas que presenta.

Síntomas de la sensibilidad química múltiple

Una vez el especialista tiene sospechas de que se puede encontrar ante un nuevo caso de sensibilidad química múltiple, le realiza un cuestionario al afectado para medir sus intolerancias ambientales y no ambientales. De este modo se logra saber cómo de grave es el caso, si se reacciona negativamente ante muchos agentes químicos o no y si los síntomas son leves o severos.

En cuanto a los síntomas, estos pueden ser muy diversos y afectar a diferentes zonas y órganos del cuerpo. Así, tener náuseas, mareos, picores, dificultad para respirar, arritmias, fatiga, desmayos, dolor muscular, dolor de cabeza habitual, falta de concentración, sensibilidad visual o sensibilidad auditiva pueden ser indicadores de la patología.

 

Cómo combatir la dolencia

Como bien hemos indicado al inicio de estas líneas, la intolerancia idiopática ambiental es un síndrome crónico que, al menos de momento, no tiene cura. En Fieito sabemos que convivir con él puede ser complicado, sobre todo si tenemos en cuenta que su pronóstico a corto plazo no es demasiado bueno. Sin embargo, hay ciertas cosas que los pacientes pueden hacer para mejorar su calidad de vida y que a medio o largo plazo sus síntomas remitan.

¿Sufres este síndrome? Pues atenta a las siguientes líneas, porque vamos a decirte algunas cosas que puedes hacer para encontrarte mejor.

 

Usar ropa sostenible

Tal y como decíamos al hablar de los desencadenantes de la patología, cada caso es diferente y son muchos los productos que pueden llevar a desarrollar síntomas. También dichos síntomas son variables, pero pueden incluir problemas para respirar e irritación de la piel. Por eso puede resultar muy útil utilizar ropa sostenible confeccionada con tejidos orgánicos (algodón orgánico, fibra de cáñamo,…) y tintes ecológicos libres de tóxicos (provienen de pigmentos vegetales, tintes al agua, etc.)

Ropa interior sostenible de tejidos orgánicos

Por ejemplo, son muy buena opción las mantas de pura lana de ovejas criadas en libertad, pues son hipoalergénicas (ideales incluso para bebés) y no se usan químicos para su confección. También lo es la ropa interior sostenible cuya producción se ha hecho usando materiales orgánicos tales como pura lana, algodón orgánico o bambú.

 

Reducir la exposición a los agentes químicos

Por supuesto, también se debe reducir la exposición a esos productos químicos a los que uno es hipersensible. Para ello, se debe eliminar el uso de jabones, perfumes, alimentos u otras sustancias que provoquen la aparición de la sensibilidad química múltiple. Una buena alternativa es elegir productos de cosmética natural y alimentación ecológica.

Además, también es recomendable no entrar en locales comerciales o cualquier otro establecimiento en los que haya aromas fuertes. En caso de no tener otra opción, es ideal hacer uso de mascarillas que ayuden a respirar la menor cantidad posible de sustancias químicas.

Pero no solo eso, sino que además se puede reducir todavía más la exposición a estas partículas con el uso de purificadores de aire y generadores de ozono. El primero de los aparatos ayuda a equilibrar el ambiente, pues recoge todas esas sustancias que provocan síntomas y que se encuentran flotando en el aire. Por su parte, los generadores de ozono descomponen los residuos químicos en oxígeno y CO2. Sin embargo, se debe prestar especial atención a las indicaciones del fabricante, pues el ozono en altas cantidades puede resultar tóxico.

 

Eliminar la humedad ambiental

Finalmente, para mejorar los síntomas que provoca la sensibilidad química múltiple se debe minimizar al máximo la humedad ambiental. Demasiada humedad en un lugar cerrado puede provocar la aparición de ácaros, moho u hongos. Esto, a su vez, puede llevar a un empeoramiento de los síntomas en los pacientes. Por tanto, resulta muy útil que en casa y en el trabajo el afectado disponga de un deshumidificador que regule la humedad del ambiente.

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